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Bonjour, bonsoir j'ai un devoir en espagnol à remettre demain vous pouvez m'aider c'est pas trop compliqué. Regardez la pièce jointe.

Bonjour Bonsoir Jai Un Devoir En Espagnol À Remettre Demain Vous Pouvez Maider Cest Pas Trop Compliqué Regardez La Pièce Jointe class=
Bonjour Bonsoir Jai Un Devoir En Espagnol À Remettre Demain Vous Pouvez Maider Cest Pas Trop Compliqué Regardez La Pièce Jointe class=

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Ejercicio 2)
a. Verdadera.
b. Falsa.
c. Falsa.
Ejercicio 3)
Racionamiento es la limitación en tiempo y cantidad que sufren, los cubanos en este caso, en la adquisición de productos de su cesta básica.
Ejercicio 4)
Maneras de eludir el racionamiento:
* Ilegales:
a. El mercado negro.
b. El desvío de recursos.
c. Un montón de caminos paralelos (al margen de la legalidad).
* Legales:
a. Las tiendas en pesos convertibles.
b. El canje de ropa por comida.
Ejercicio 5)
A la niña le parece una fantasía, un sueño, un cuento o una exageración que hubiese existido o exista un lugar o época en la historia y en el planeta, donde en las carnicerías se vendan pollos sin ninguna limitación y las personas también compren todo el pollo que quieran y puedan pagar, en cualquier momento y día del mes. 
Ejercicio 6)
Luego de 20 años y producto de la apertura que está teniendo Cuba actualmente, proyectemos la vida a una Cuba en libertad y sin las restricciones impuestas en todos estos años de dictadura, una madre y su hijo podrán dialogar y la madre le podrá hacer a su hijo una larga lista de cambios que se han producido y que ella ha vivido, así:
Hijo: Mamá ¿cómo era tu vida en la isla, cuando tenías mi edad?
Madre: Cuando tenía tú edad, hijo mío, iba con tu abuelo a la carnicería, un solo día al mes, para comprar una libra (aproximadamente medio kilo) de pollo que era lo que asignaban o le permitían comprar, por la libreta de racionamiento.
Hijo: ¿Qué? ¿Una libra de pollo al mes para él solo?
Madre: No hijo, tu abuelo solo podía comprar por la libreta de racionamiento, una libra de pollo mensual, para toda la familia.
Hijo: ¡No puede ser, mamá! ¡Con una libra de pollo al mes para toda la familia, tenía que estar desnutrida toda la familia!
Madre: Y así hubiese sido, si mi padre, a escondidas, no hubiese buscado otros mecanismos para traer algo más de pollo a nuestro hogar, y así podernos alimentar mejor.
Hijo: Y ¿qué mecanismo era ése, mamá?
Madre: Tu abuelo se iba al mercado a cambiar ropa de la que me iba quedando pequeña, pero estaba en buenas condiciones, por comida, y en ocasiones, conseguía cambiarla por algo más de pollo, que a otro cubano le hubiesen asignado por su libreta de racionamiento.
Hijo: ¡Madre, pero eso es vivir la vida como miserables!
Madre: Si hijo, así vivimos en esta isla por casi 60 años de dictadura.
Hijo: Y ¿por qué los abuelos y tú no protestaban o se iban de aquí, a vivir en otro lugar donde pudieran tener todo lo que quisieran, con el producto de su trabajo?
Madre: Porque vivíamos en una férrea dictadura comunista, donde no se permitía protestar, ya que si lo hacías te metían a la cárcel y menos aún podías viajar, porque el Estado no te daba permiso para hacerlo. Solo algunos, privilegiados, que juraban absoluta lealtad al régimen comunista y dejaban a su familia en la isla, como garantía de que si les daban el permiso, viajaban y regresaban, sino la familia pagaba las consecuencias, como por ejemplo los deportistas destacados. El resto que se iba de la isla, lo hacía corriendo riesgos inmensos, y muchos morían ahogados, tratando de llegar en embarcaciones precarias, a las costas de los Estados Unidos de América, que está muy cerca, pero ideológica y políticamente estaba muy lejos.
Hijo: ¡Pobre madre! ¡Pobres abuelos! Si no fueses tú quien me lo cuenta, creería que es una historia de terror inventada, mamá.
Madre: Por eso hijo, cuando te digo que debes defender esta democracia, es porque ya vivimos bajo el comunismo durante más de medio siglo y solo nos reportó atraso y miseria. Nos quedamos a la saga del mundo. Y apenas ahora es que despertamos como una pujante nación de progreso y desarrollo. Además que debes honrar la memoria de tus abuelos, quienes luego de que yo crecí, se dedicaron activamente a recuperar la democracia y fueron objeto de muchas privaciones y cárcel; todo para lograr un futuro mejor para mí y para sus nietos.   
Hijo: Entonces mamá, te prometo que defenderé esta democracia, en la que vivimos, porque es monstruoso todo eso que me cuentas. No puedo hacerme a la idea de vivir sin libertad y tener una vida de limitaciones, según una libreta de racionamientos.
Madre: ¡Gracias, hijo!. El sacrificio de los abuelos habrá valido la pena. Y mejor nos damos prisa para tomar el avión y reunirnos con tu padre en Paris, donde ha sido invitado como catedrático a dar esa importante conferencia en la universidad, sobre "El pasado, presente y futuro de Cuba en el contexto de las Naciones". ¡Todo un orgullo para nosotros y un digno ejemplo para tí, amado hijo!