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Ernesto Miranda, (alias "Smokey" - "Humo") fue un miembro original de la
famosa Mara Salvatrucha - también conocida como la MS-13 - creada en las
calles de Los Ángeles y posteriormente exportada a América Central y a varios países del mundo, como España.
Nació en El Salvador (un pequeño país de Centroamérica) y fue entrenado como soldado en la larga y sangrienta guerra civil de su país, de donde huyó a Los Ángeles, en los Estados Unidos de Norteamérica, con la esperanza de escapar de la violencia. Pero se encontró con más violencia en las calles del barrio Pico Unión de Los Ángeles, donde se unió a otros jóvenes inmigrantes salvadoreños para formar lo que se convertiría, posteriormente, en una de las bandas más notorias y peligrosas de la ciudad y después del mundo: la "Mara Salvatrucha", también conocida como MS-13.
Esta organización criminal, llegó a obtener tanto poder, que ejercía el control del tráfico de armas y drogas desde y hacia el sur de los Estados Unidos, teniendo vinculaciones con varias pandillas de latinos y criminales mexicanos, así como de Centroamérica.
Ernesto Miranda tuvo una influencia fundamental en la administración del dinero y la planificación de varios ataques a otras bandas o "maras" dentro de ese mundo delincuencial, donde fue creciendo. De hecho, creó un sistema bastante simple para identificar a los miembros de la MS-13: les exigía el uso de tatuajes, con el nombre de la "mara", ya que al ingresar a ella, quedaban marcados para siempre; pasaban a ser propiedad de esa organización criminal y su piel y todo su cuerpo debía contar la historia de los delitos cometidos y del rango alcanzado, a través de esos tatuajes.
En pleno auge de la Mara Salvatrucha o MS-13, y como parte de una campaña desarrollada por varios organismos policiales norteamericanos, contra esa pandilla, Ernesto "Smokey" Miranda fue deportado a El Salvador, donde continuó su carrera como delincuente y no parecía querer cambiar de actividad.
Pero un milagro ocurrió en su vida, luego de casarse y tener un hijo, decidió abandonar ese triste destino para ser un padre amoroso y estudiar leyes en su país. Se graduó de abogado y trabajaba para rescatar a los jóvenes de las pandillas y mantener a los niños alejados de ellas. También se dedicó a la promoción y defensa de los derechos humanos de los presos.
Su vida en realidad fue corta, aunque muy intensa, ya que a la edad de 38 años, fue asesinado a tiros, a las puertas de su casa, ubicada en un pueblo de las afueras de la ciudad de El Salvador, en su país natal.
Después de haber abandonado su vida de pandillero, haberse convertido en un luchador social; y por un motivo verdaderamente fútil fue asesinado.
Todo lo que hizo para ello fue rechazar una invitación para celebrar, como miembro fundador de MS-13, la excarcelación de un miembro activo de la banda criminal, que se encontraba preso.
Ese rechazo motivó su ejecución, horas más tarde.
En unas declaraciones que hizo Ernesto Miranda, para explicar las causas de la formación de pandillas de delincuentes, expresó lo siguiente: "En este país, nos enseñaron a matar a nuestra propia gente, sin importar si eran de nuestra propia sangre. Si tu padre era el enemigo, había que matarlo. Así que el entrenamiento que recibimos durante la guerra en nuestro país sirvió para hacernos una de las pandillas más violentas en los Estados Unidos”.
Ernesto Miranda, profundamente arrepentido, decidió cambiar el mundo de violencia en el que vivía, aunque pagó con su vida, esa decisión.
Nació en El Salvador (un pequeño país de Centroamérica) y fue entrenado como soldado en la larga y sangrienta guerra civil de su país, de donde huyó a Los Ángeles, en los Estados Unidos de Norteamérica, con la esperanza de escapar de la violencia. Pero se encontró con más violencia en las calles del barrio Pico Unión de Los Ángeles, donde se unió a otros jóvenes inmigrantes salvadoreños para formar lo que se convertiría, posteriormente, en una de las bandas más notorias y peligrosas de la ciudad y después del mundo: la "Mara Salvatrucha", también conocida como MS-13.
Esta organización criminal, llegó a obtener tanto poder, que ejercía el control del tráfico de armas y drogas desde y hacia el sur de los Estados Unidos, teniendo vinculaciones con varias pandillas de latinos y criminales mexicanos, así como de Centroamérica.
Ernesto Miranda tuvo una influencia fundamental en la administración del dinero y la planificación de varios ataques a otras bandas o "maras" dentro de ese mundo delincuencial, donde fue creciendo. De hecho, creó un sistema bastante simple para identificar a los miembros de la MS-13: les exigía el uso de tatuajes, con el nombre de la "mara", ya que al ingresar a ella, quedaban marcados para siempre; pasaban a ser propiedad de esa organización criminal y su piel y todo su cuerpo debía contar la historia de los delitos cometidos y del rango alcanzado, a través de esos tatuajes.
En pleno auge de la Mara Salvatrucha o MS-13, y como parte de una campaña desarrollada por varios organismos policiales norteamericanos, contra esa pandilla, Ernesto "Smokey" Miranda fue deportado a El Salvador, donde continuó su carrera como delincuente y no parecía querer cambiar de actividad.
Pero un milagro ocurrió en su vida, luego de casarse y tener un hijo, decidió abandonar ese triste destino para ser un padre amoroso y estudiar leyes en su país. Se graduó de abogado y trabajaba para rescatar a los jóvenes de las pandillas y mantener a los niños alejados de ellas. También se dedicó a la promoción y defensa de los derechos humanos de los presos.
Su vida en realidad fue corta, aunque muy intensa, ya que a la edad de 38 años, fue asesinado a tiros, a las puertas de su casa, ubicada en un pueblo de las afueras de la ciudad de El Salvador, en su país natal.
Después de haber abandonado su vida de pandillero, haberse convertido en un luchador social; y por un motivo verdaderamente fútil fue asesinado.
Todo lo que hizo para ello fue rechazar una invitación para celebrar, como miembro fundador de MS-13, la excarcelación de un miembro activo de la banda criminal, que se encontraba preso.
Ese rechazo motivó su ejecución, horas más tarde.
En unas declaraciones que hizo Ernesto Miranda, para explicar las causas de la formación de pandillas de delincuentes, expresó lo siguiente: "En este país, nos enseñaron a matar a nuestra propia gente, sin importar si eran de nuestra propia sangre. Si tu padre era el enemigo, había que matarlo. Así que el entrenamiento que recibimos durante la guerra en nuestro país sirvió para hacernos una de las pandillas más violentas en los Estados Unidos”.
Ernesto Miranda, profundamente arrepentido, decidió cambiar el mundo de violencia en el que vivía, aunque pagó con su vida, esa decisión.
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