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Nuestro
viaje de vacaciones por España.
Durante el verano, mi familia y yo fuimos de vacaciones a España, para conocer las ciudades de Barcelona y Madrid, que es su capital.
Desde Paris, viajamos a Barcelona, en avión y luego de recorrer la ciudad de Barcelona y sus alrededores, fuimos hasta Lérida (una de las cuatro ciudades que forman la región de Cataluña: junto con Barcelona, Gerona y Tarragona), donde tomamos el AVE (que es un tren de Alta Velocidad en España, equivalente al Thalys en Francia), para llegar a Madrid, en un viaje de 2 horas y media aproximadamente, a una velocidad cercana a los 300 kilómetros por hora.
En Barcelona paseamos por las ramblas y pudimos conocer parte de la obra arquitectónica de Antoni Gaudí, máximo representante de la arquitectura moderna catalana y del mundo; cuya obra fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Las edificaciones más representativas y de características más impresionantes que visitamos fueron: La iglesia de La Sagrada Familia, el Parque Güell y un conjunto de edificios de fantásticas fachadas ubicadas en una de las urbanizaciones de Barcelona.
También pudimos conocer el Camp Nou, estadio de fútbol que ha sido la sede del equipo español del Barça desde hace mucho tiempo atrás, el cual estaba ubicado muy cerca de una antena muy alta que pertenece a una estación radial catalana.
Fuimos al Parque Natural de la Montaña de Montserrat, donde conocimos la Basílica y el Monasterio de Santa María de Montserrat, de los monjes benedictinos, y quedamos muy impresionados por su estructura y ubicación; pues estaba construido en medio de las hermosas montañas de roca y en su interior pudimos ver un antiguo órgano, dotado con una musicalidad extraordinaria.
En Madrid, además de que visitamos el estadio Santiago Bernabéu, sede del equipo de fútbol del Real Madrid, fuimos al museo de El Prado e hicimos una inesperada y pintoresca visita a un mercadillo llamado El Rastro, que instaló el día domingo, en las calles de un sector de la ciudad.
Allí pudimos comprar, además de ropas y cualquier cantidad de variadas mercancías, muchas antigüedades que entusiasmaron a mis padres, ya que siempre han sido fanáticos de comprar antigüedades de colección, en cada ciudad importante que visitamos durante nuestras vacaciones.
En las noches, caminamos por la Gran Vía y cenamos en restaurantes que ofrecían un exquisito menú de la gastronomía típica española.
Fuimos a la Puerta del Sol, nos reunimos con unos amigos y presenciamos un concierto al aire libre de música barroca, justo en medio de la plaza, solo para complacer a mis padres, porque yo prefería ir a una exposición sobre los personajes de Marvel, o a escuchar un poco de rock, en un café cercano.
Luego de haber estado veinte (20) días paseando por España, regresamos a casa, felices por lo vivido y conocido, y más aún por haber regresado a nuestro “hogar, dulce hogar”.
Durante el verano, mi familia y yo fuimos de vacaciones a España, para conocer las ciudades de Barcelona y Madrid, que es su capital.
Desde Paris, viajamos a Barcelona, en avión y luego de recorrer la ciudad de Barcelona y sus alrededores, fuimos hasta Lérida (una de las cuatro ciudades que forman la región de Cataluña: junto con Barcelona, Gerona y Tarragona), donde tomamos el AVE (que es un tren de Alta Velocidad en España, equivalente al Thalys en Francia), para llegar a Madrid, en un viaje de 2 horas y media aproximadamente, a una velocidad cercana a los 300 kilómetros por hora.
En Barcelona paseamos por las ramblas y pudimos conocer parte de la obra arquitectónica de Antoni Gaudí, máximo representante de la arquitectura moderna catalana y del mundo; cuya obra fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Las edificaciones más representativas y de características más impresionantes que visitamos fueron: La iglesia de La Sagrada Familia, el Parque Güell y un conjunto de edificios de fantásticas fachadas ubicadas en una de las urbanizaciones de Barcelona.
También pudimos conocer el Camp Nou, estadio de fútbol que ha sido la sede del equipo español del Barça desde hace mucho tiempo atrás, el cual estaba ubicado muy cerca de una antena muy alta que pertenece a una estación radial catalana.
Fuimos al Parque Natural de la Montaña de Montserrat, donde conocimos la Basílica y el Monasterio de Santa María de Montserrat, de los monjes benedictinos, y quedamos muy impresionados por su estructura y ubicación; pues estaba construido en medio de las hermosas montañas de roca y en su interior pudimos ver un antiguo órgano, dotado con una musicalidad extraordinaria.
En Madrid, además de que visitamos el estadio Santiago Bernabéu, sede del equipo de fútbol del Real Madrid, fuimos al museo de El Prado e hicimos una inesperada y pintoresca visita a un mercadillo llamado El Rastro, que instaló el día domingo, en las calles de un sector de la ciudad.
Allí pudimos comprar, además de ropas y cualquier cantidad de variadas mercancías, muchas antigüedades que entusiasmaron a mis padres, ya que siempre han sido fanáticos de comprar antigüedades de colección, en cada ciudad importante que visitamos durante nuestras vacaciones.
En las noches, caminamos por la Gran Vía y cenamos en restaurantes que ofrecían un exquisito menú de la gastronomía típica española.
Fuimos a la Puerta del Sol, nos reunimos con unos amigos y presenciamos un concierto al aire libre de música barroca, justo en medio de la plaza, solo para complacer a mis padres, porque yo prefería ir a una exposición sobre los personajes de Marvel, o a escuchar un poco de rock, en un café cercano.
Luego de haber estado veinte (20) días paseando por España, regresamos a casa, felices por lo vivido y conocido, y más aún por haber regresado a nuestro “hogar, dulce hogar”.
la mujer y su marido borracho.
Una señora que vivía con un esposo que se dedicaba a beber alcohol casi a diario, cansada de esa vida por tantos años, se sentó a pensar que podía hacer para ayudarlo a dejar semejante vicio, ella estaba envejeciendo y muy enferma por todo el abandono y maltrato de su esposo y en su último intento quería hacer algo para que su marido cambie . Decidió que esperaría a que su esposo se duerma profundamente como siempre lo hacía, para llevarlo a un cementerio. Aconsejada por familiares y amigos pensaron que un susto tal vez lo ayudaría.
Llegado el momento, el hombre quedó inconsciente y con la ayuda de un vecino cargaron al hombre y lo dejaron en el cementerio a ver si al despertar por el susto dejaba de beber. Al día siguiente, la esposa regreso al lugar y al llamarlo por su nombre el respondió:
-¿Quien llama?, vengo a traerle comida a los muertos, ¡donde estas!
-Y ¿quien quiere comida si esta muerto? Una cosa quiero nada mas, mejor tráeme alcohol para beber, eso no estaría nada mal y seguro que me hace resucitar, porque creo que si estoy muerto.
La mujer enojada al ver que su plan no funciono le grito diciendo:
-Que desdichada me siento esposo mío, mejor te hubieras muerto de verdad, solo me haces infeliz y desdichada al verte así por tanto tiempo, tenía la esperanza de que al menos despertaras tu conciencia, por eso te traje hasta aquí, pensando en un último intento que reflexionarías, pero veo que es peor, no quieres cambiar y pides mas alcohol. Ahora veo aterrada que solo perdí mi tiempo contigo todos estos años y que nada puedo hacer para ayudarte porque tu así no lo quieres. Así seguirás entonces, y yo me iré, porque así no se puede vivir por tus malas decisiones.
No permitas que la conducta equivocada de alguien que no quiere cambiar, perjudique tu vida por mucho tiempo si ya agotaste toda forma de ayuda.
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