Voy a presentar
la noción “La idea de Progreso”
Primero, me parece que el progreso es un avance o una mejora en diferentes
sectores como la medicina, la tecnología o la ciencia...
Siguiendo esta definición, podemos decir que el progreso es benéfico y
positivo.
En cambio, considerar el progreso de esta manera no sería totalmente realista,
porque existen formas de progresos que pueden ser abusivas.
¿Es necesario limitar el progreso?
En una primera parte, veremos que el progreso no debe ser limitado ya que
favorece la evolución de la condición humana.
Después, demostraré que el progreso tiene inconvenientes cuando el Hombre le
utiliza de manera excesiva.
Primero, si tomamos el ejemplo del progreso tecnológico, se revela por el autor
del texto “Los dilleniales” muy útil para la nueva generación. En efecto,
gracias a la tecnología, los jóvenes son más “liberales y tolerantes”. Tienen
así un espíritu abierto en parte gracias a su gran cultura musical (“muestran
una cultura pop”). Al fin, tienen un espíritu emprendedor con el avance de las
nuevas tecnologías: 82 % de jóvenes desean de cambiar de país y de aprender
otras lenguas, desarrollando su actividad en el extranjero. Finalmente, son más
independientes, y se inspiran de los héroes del mundo empresarial para
progresar y perfeccionarse
Además, los progresos de la ciencia y de la medicina permiten encontrar
soluciones para mejorar la salud pública. El artículo llamado “En busca del
embrión ideal” escrito por Milagros Pérez Oliva en 2008 en el sitio El País
saca a la luz los aspectos positivos del progreso medical. El autor describe el
cambio que ocurre por una pareja española que descubre después del nacimiento
de su primer hijo que es portador de “una enfermedad hereditaria grave”. El
niño nace con los síntomas de la enfermedad que son terribles: une esperanza de
vida muy baja (30 años) entre otros. Esta situación es catastrófica para la
pajera porque no puede seguir fundado una familia. Sin embargo, los avances de
la ciencia y de la ley española que autoriza las manipulaciones genéticas
conceden a la posibilidad a “un equipo médico” de “consigue [a la pareja] tener
un bebé sano, cuyo cordón umbilical” va a curar también a su hermano mayor. En
esa línea, la ciencia es benéfica cuando se trata de salvar vidas.
Más allá del hecho que el problema ético se plantea, la ciencia o la medicina
debían ser limitadas cuando su utilización es abusiva incluso peligrosa. Es el
ejemplo de la cirugía plástica que el texto de Luis Sepúlveda “¿Cirugía
anodina?” ilustra. El texto cuenta la historia de una Miss que tuvo someterse a
una operación porque su manager he decretado que “para ser Miss Tanga por
muchos años, necesitaba varios centímetros más de trasero”. Primero, la cirugía
estética puede acarrear efectos secundarios sobre la salud, incluso la muerte
como podemos lo ver en el texto: la Miss fallece seguido su intervención
quirúrgica realizada por un “médico militar”, incompetente. Pues, además de
esta tragedia cuyos los abusos del progreso médico son al autor, la cirugía
estética provoca sufrimientos psicológicos ya que ocasiona la adicción. Sabemos
que la Miss “se había operado anteriormente la nariz y le habían implantado los
senos”. La posibilidad de modificar su cuerpo alimenta el deseo de tener “el
cuerpo perfecto”, una imagen que las industrias de la moda, los concursos de
Miss sostienen creando complejos, comparaciones entre las personas. Así, somos
más que conveniente regular el progreso dado que es al origen de muchos
dolores, y sufrimientos.
Finalmente, en el extracto del blog de Oposum intitulado “Innovación y
progreso: contra el consumismo inadvertido” el autor subraya el comportamiento
contradictorio de los hombres a respecto del progreso. Una parte, quieren
salvar el planeta y proteger el medio ambiente. Por otra parte, son capaces de
destruir, contaminar, despilfarrar… Así, Oposum insista mejor sobre las partes
negativas de la tecnología que es nefasta a causa de su consumo excesivo. En
efecto, le compara a una catástrofe (“cataclismo”, “tsunami”). Por él, el
hombre no sabe utilizar correctamente las nuevas tecnologías: muchas personas
dependen de las máquinas como los teléfonos, Internet… Además de la pérdida de
tiempo, las nuevas tecnologías nos fuerzan a ser “prescindibles”. Los hombres
tienen la voluntad de “poder conectarse a Internet desde cualquier punto del
planeta [...], disponer de un carísimo teléfono móvil último modelo.” Para
terminar, Oposum explica que ciertas personas utilizan estas nuevas tecnologías
para alimentar su ego, para sentirse mejor gracias a la realización de sus
“caprichos” que el exceso de progreso provoca.
La realidad es que el progreso es útil si se utiliza de manera razonable.
No debemos olvidar que el progreso suscita por ciertas personas vivas reacciones
por razones morales y éticas
