Réponse :
Érase una vez, hace muchísimos años un pequeño reino perdido entre Castilla y Aragón. Era un país muy montañoso y muy húmedo y desde las montañas descendían torrentes muy caudalosos.
La mañana del 24 de junio se acercó a beber agua a uno de esos torrentes un pastor de cabras al que todos llamaban Jo, aunque su verdadero nombre era Jonás.
Estaba Jo agachado bebiendo agua del torrente cuando oyó una voz áspera detrás de él:
- ¡Eh! Tú, tonto, ¿no te das cuenta de que me estás quitando el sol?
Miró Jo hacia atrás y vio una pequeña hada de piel muy blanca y vestida de amarillo. Medía aproximadamente un palmo.
-¡Oh! Perdón -respondió Jo-. No me había dado cuenta.
- ¡Pues apártate ya de una vez, idiota!
- Sí, sí.
Se apartó Jo y se quedó mirando al hada.
- ¿Qué miras? ¿Tengo monos en la cara?
- No. Perdón -respondió Jo-. Es que... Me pregunto cómo un hada tan bella puede tener tan mal genio.
- Tú has leído muchos cuentos, chaval. Las hadas no somos como nos retratan en los cuentos. Anda, lárgate ya de una vez, que me están entrando ganas de coger mi varita mágica y convertirte en sapo.
Explications :
