Sentados uno al lado del otro en los bancos de la escuela, era poco probable que nuestra amistad durara tanto. Y sin embargo, después de treinta años, siempre estás ahí para mí. A veces sales de eso, pero hemos pasado por momentos juntos. Pruebas, es verdad, pero especialmente momentos de magia, risas, historias compartidas y discusiones interminables. Espero que en treinta años podamos hacer un balance de nuestra amistad de por vida.